Como sabéis, el Viernes pasado el equipo de iniciación del Tartessos jugó su primer partido como equipo en esta temporada. Por temas laborales me lo perdí. Y bien que me molestó, ya que esos son los partidos que, a mí, personalmente, más me hacen disfrutar. Es gracioso ver cómo corren todos detrás del balón, y si un jugador consigue tocarlo, aunque sea para mandarlo fuera de los límites del campo, ya se siente como un verdadero profesional, notándosele en la cara de felicidad que pone. Y no os digo nada si es capaz de marcar un gol; se recorre todo el campo con los brazos abiertos cual Ronaldo buscando a los padres para dedicarles el gol abrazándose con ellos. En el banquillo, ¿se ve algún jugador enfadado por no jugar? Al revés. Ni echan cuenta en el partido porque están jugando entre ellos. Y al final, aunque un equipo haya ganado por 20 - 0, ¿algún niño sale enfadado, triste o llorando? Todos salen cansados, pero riéndose y contentos y, sobre todo, pidiendo la merienda. Eso que no falte.
Aquí os dejo un pequeño vídeo en el que se ve la tanda de penalties que se jugaron los equipos de iniciación del Ciudad de Aljaraque y el Tartessos. Al final, lo jugadores que en este caso salieron victoriosos, lo celebraron como hubieran ganado la Champions League. Y os vuelvo a hacer la misma pregunta que está en el título de esta entrada: ¿quién disfrutó más, los padres o los niños?
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